Un anciano que padece
cualquier tipo de demencia suele ser un anciano desorientado e indefenso en
cuanto a lo que le rodea y muy perceptivo y sensible emocionalmente. Pues
bien, son precisamente estos síntomas los que hacen a estos pacientes
especialmente receptivos al Reiki. El Reiki alivia el dolor físico, pero
también libera tensiones mentales y emocionales proporcionando serenidad y
aceptación. Con esta terapia se alcanza un estado de relajación, armonía y
plenitud que sustituye a los temores y desorientación propios de estas
enfermedades. A lo largo del tratamiento, familiares y médico perciben la
mejoría del anciano. La enfermedad no desaparece, pero el estado general del
paciente mejora.
En el caso de los
enfermos de Alzheimer o de cualquier tipo de demencia derivada de la edad, el
terapeuta incide especialmente en la cabeza (frente, cerebelo y sienes) y en
el estómago, vientre, rodillas y plantas de los pies.
Los pacientes de
Alzheimer pueden estar en sintonía con Reiki. A pesar de que no puede entender
o recordar la sintonía, sus cuidadores pueden recordarles todos los días para
poner sus manos sobre sus cuerpos. Se cosecharán los beneficios de las
energías que fluyen de Reiki en sus cuerpos cada vez que se tocan.
Personalmente, he
podido apreciar el estado de paz, incluso en la mirada dulce y perdida de
quien padece esta enfermedad, luego de una sesión de Reiki mezclada con
sesiones de masajes. Sin lugar a dudas, el Reiki –al igual que otras terapias
complementarias- aporta mucha calidad de vida a esos últimos valiosos años de
vida.
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Intentamos transmitir a las personas sensaciones de tranquilidad, de bienestar y serenidad.
sábado, 24 de enero de 2015
Tratamiento de Reiki en Adultos Mayores con demencia
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